ENGLa deshidratación puede afectar los niveles de dopamina y serotonina en el cerebro, cruciales para la regulación del estado de ánimo. Incluso una deshidratación leve puede provocar niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés, lo que contribuye a la ansiedad.
El cerebro está compuesto aproximadamente por un 80% de agua, por lo que la deshidratación altera su delicado equilibrio, afectando la regulación del estado de ánimo, la concentración y la toma de decisiones. Estudios demuestran que incluso una deshidratación leve puede afectar la atención, la memoria a corto plazo y la capacidad de concentración.
La deshidratación también puede causar mal humor. Su impacto en la química cerebral puede hacer que te sientas más irritable, tenso y, en general, de mal humor.
Los expertos aconsejan beber mucha agua a lo largo del día para ayudar a regular el estado de ánimo y mantener el cerebro funcionando de manera óptima.
