La actividad física regular puede mejorar la función cerebral relacionada con la alimentación, reducir el estrés y promover una relación más saludable con la comida. Si bien el ejercicio por sí solo no neutraliza por completo los efectos de una dieta rica en alimentos procesados, desempeña un papel crucial en el control de los antojos y la mejora de la salud general, lo que indirectamente puede ayudar a reducir el consumo de alimentos procesados.
Cómo el ejercicio ayuda a combatir el consumo de alimentos procesados:
• Reduce los antojos: el ejercicio, incluso de intensidad moderada como una caminata rápida, puede ayudar a regular la actividad cerebral, lo que hace que sea más fácil resistirse a opciones alimentarias poco saludables.
• Mejora el estado de ánimo y reduce el estrés: el ejercicio libera endorfinas, que pueden mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés, un desencadenante común de la alimentación emocional y los antojos de alimentos procesados.
Mejora la función cognitiva:
• Promueve hábitos saludables: el ejercicio regular puede fomentar otros hábitos saludables, como cocinar más comidas en casa y tomar decisiones alimentarias conscientes.
Los expertos recomiendan comenzar con ejercicio moderado. Una caminata rápida de 20 minutos puede ser un excelente punto de partida y posteriormente incorporar entrenamiento de fuerza. El entrenamiento de fuerza puede ayudar a desarrollar masa muscular, lo que a su vez acelera el metabolismo y facilita el control del peso.
Pero quizás la verdadera clave del éxito es encontrar actividades que disfrutes: cuanto más disfrutes de tu ejercicio, más probabilidades tendrás de perseverar.