Las alergias estacionales pueden contribuir al malestar emocional. De hecho, algunos estudios han demostrado una correlación entre las alergias y un mayor riesgo de desarrollar trastornos del estado de ánimo, incluida la depresión. La investigación señala varios factores contribuyentes; a continuación, se presentan algunos:
Inflamación: Las reacciones alérgicas desencadenan inflamación, que puede liberar sustancias químicas que afectan el cerebro y el estado de ánimo.
Trastornos del sueño: Las alergias pueden causar congestión nasal, estornudos y tos, lo que puede interrumpir el sueño y contribuir a la fatiga y la irritabilidad.
Estrés y frustración: lidiar con alergias crónicas puede ser estresante y frustrante, y generar angustia emocional.
Aislamiento social: Algunas personas con alergias pueden evitar situaciones sociales debido a sus síntomas, lo que puede generar sentimientos de soledad y aislamiento.
Si bien estos síntomas pueden ser solo temporales, si la depresión o la ansiedad persisten, es muy recomendable visitar a su profesional de la salud.