En los últimos años, las terapias celulares se han desarrollado junto con la quimioterapia y la inmunoterapia, convirtiéndose en un nuevo pilar en el tratamiento de pacientes con cáncer de sangre y ganglios linfáticos. En tumores sólidos, como el cáncer de piel, pulmón o de huesos y tejidos blandos (sarcomas), aún no se han consolidado como método de tratamiento. La reducción tumoral solo se logró en casos excepcionales, pero los efectos secundarios fueron más graves. Un grupo de investigación internacional, dirigido por científicos del Centro Nacional de Enfermedades Tumorales (NCT/UCC) de Dresde, ha logrado por primera vez en un ensayo clínico de fase 1 probar un novedoso enfoque de terapia celular que también muestra resultados prometedores para tumores sólidos. Los resultados se publicaron en la revista Nature Medicine.
En un ensayo de fase 1 en el que participaron 40 pacientes, el grupo de investigación investigó el uso de células T modificadas genéticamente con receptor de células T (TCR).
Utilizando técnicas de ingeniería genética, los investigadores incorporaron un tipo de identificación de objetivos en las células T para permitirles reconocer proteínas específicas del tumor.
La terapia IMA203 recientemente probada se dirige al péptido PRAME, que es producido casi exclusivamente por tumores y no por tejido sano.
Esto permite que las células T ataquen las células tumorales de forma específica sin dañar las células normales.
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