Expresar gratitud desencadena la liberación de dopamina y serotonina, neurotransmisores que fomentan la satisfacción y la felicidad. De hecho, los expertos creen que cambiar el enfoque de las preocupaciones a los aspectos positivos de la vida puede interrumpir los patrones de pensamiento ansiosos y reducir las hormonas del estrés. Estos son algunos otros beneficios:
• Aumenta la resiliencia: Ayuda a las personas a desarrollar un marco más optimista para afrontar los desafíos, permitiéndoles encontrar lecciones y esperanza incluso en situaciones difíciles.
• Aumenta la autoestima: Centrarse regularmente en aquello por lo que uno está agradecido puede mejorar la autoestima general y reducir las comparaciones sociales.
• Mejora la regulación emocional: La gratitud activa regiones cerebrales como la corteza prefrontal, responsable del pensamiento racional y del control emocional, y puede ayudar a calmar la amígdala y el hipocampo.
• Mejora el sueño: Al reducir la preocupación y los pensamientos negativos, la gratitud puede conducir a un sueño más reparador.
