Existen muchas técnicas sencillas y con respaldo científico que le ayudarán a controlar el calor. Aquí tiene algunas:
1. Primero refresque sus manos, no su cara.
Una estrategia eficaz es sumergir las manos en agua fría durante 15 a 20 minutos. Las manos tienen una gran superficie corporal: fluye mucha sangre cuando hace calor. Si la temperatura corporal es alta, el cuerpo enviará sangre a las extremidades para disipar el calor. Sumergir las manos en agua fría no será tan agradable, pero te enfriará mucho más rápido que un baño de hielo.
2. Evite las duchas frías
Darse una ducha fría puede parecer tentador en un día de verano abrasador. Sin embargo, sumergirse bruscamente en agua fría es, por extraño que parezca, una forma muy lenta de refrescarse durante una ola de calor. Sumergir una zona del cuerpo en agua fría está bien, pero si se cubre demasiado, el cuerpo restringirá la cantidad de sangre que llega a la piel. El secreto para refrescarse es llevar la sangre a la superficie de la piel y luego disipar el calor suavemente. Evita el baño de hielo y opta por una ducha tibia. La temperatura ideal dependerá de tu cuerpo y del calor exterior, pero el agua que se sienta relativamente tibia es la mejor opción.
3. Tome una bebida caliente
Sí, el dicho popular es cierto: beber una bebida caliente te refrescará más rápido que beber agua helada. No se trata de intentar enfriar su cuerpo directamente, sino de activar los sistemas que lo harán, como la sudoración y el flujo de sangre a su piel. Comer salsa picante también enfriará su cuerpo de la misma manera. Sin embargo, hay una gran advertencia con esta táctica de bebidas calientes. Si opta por una bebida humeante, mejor no que sea café o té. La cafeína, junto con el alcohol, puede aumentar la tasa metabólica de su cuerpo, provocando que genere más calor. Recuerde, la cafeína actúa como diurético, lo que provoca una pérdida de líquidos más rápida de su cuerpo en comparación con otras bebidas. El té de hierbas sin cafeína es una excelente opción.

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