Hacer actividad física puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama. También puede reducir el riesgo de recurrencia para los sobrevivientes de cáncer de mama. Es más, el ejercicio regular también puede ayudar a aliviar los efectos secundarios preocupantes del tratamiento, como fatiga, dolor, depresión y linfedema.
La Sociedad Estadounidense del Cáncer respalda las recomendaciones generales de actividad física del Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva para personas a las que se les ha diagnosticado cáncer:
• Evite la inactividad y regrese a sus actividades diarias normales tan pronto como sea posible después del diagnóstico y tratamiento.
• Realice actividad física con regularidad.
• Comience lentamente y aumente la cantidad de actividad física con el tiempo.
• Aumente al menos 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de intensidad vigorosa cada semana.
• Haga ejercicio varias veces a la semana durante al menos 10 minutos cada vez.
• Incluya ejercicios de entrenamiento de resistencia al menos dos días a la semana.
• Haga ejercicios de estiramiento al menos dos días por semana.
En 2022, la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica también publicó pautas sobre ejercicio, dieta y control del peso durante el tratamiento del cáncer, diciendo que los médicos deberían recomendar ejercicios aeróbicos y de resistencia regulares para las personas que reciben tratamiento contra el cáncer.
Fuente: Breastcancer.org.

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