Mucha gente cree que sudar es fantástico para desintoxicar el cuerpo. Si bien esto puede parecer bueno, simplemente no es cierto. El ejercicio proporciona innumerables beneficios para nuestro cuerpo, pero cuando se trata de desintoxicarse, nuestro hígado hace todo el trabajo pesado. Pero la buena noticia es que el ejercicio contribuye a un hígado mucho más saludable, por lo que existe cierta conexión. El hígado desempeña un papel importante en la protección de nuestro cuerpo de sustancias químicas potencialmente tóxicas a través de su capacidad para convertir los lipófilos en metabolitos más solubles en agua que pueden eliminarse eficientemente del cuerpo a través de la orina. Toda la sangre que sale del estómago y los intestinos pasa por el hígado. El hígado procesa esta sangre y descompone, equilibra y crea los nutrientes y metaboliza los medicamentos en formas que son más fáciles de usar para el resto del cuerpo o que no son tóxicas.
El ejercicio regular es clave para un hígado sano. El ejercicio disminuye el estrés en el hígado, aumenta los niveles de energía y ayuda a prevenir la obesidad, un factor de riesgo de enfermedad hepática. Trate de realizar un total de 150 minutos de ejercicio, como caminar a paso ligero o nadar, por semana.
Y después de tanto ejercicio, es fundamental beber agua. A la hora de elegir bebidas, el agua siempre es una opción inteligente para una hidratación sin azúcar. Ayuda a que el hígado funcione correctamente y previene la deshidratación.

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