El ejercicio puede ayudarle a verse y sentirse mejor, pero las investigaciones sugieren que la actividad física puede ofrecer un beneficio adicional: una mejor posibilidad de combatir el cáncer de próstata.
Varios estudios sugieren que los hombres que realizan actividad física regularmente tienen menos probabilidades de desarrollar cáncer de próstata o morir a causa de la enfermedad.
Y no solo importa el ejercicio, sino también la pérdida de peso posterior. Diversos estudios han vinculado la obesidad con formas particularmente agresivas de cáncer de próstata, y otras investigaciones también han vinculado el aumento de peso con un mayor riesgo de recurrencia en hombres que ya han recibido tratamiento.
Además, la obesidad también puede interferir con las herramientas de detección del cáncer de próstata, como las pruebas de PSA o los exámenes rectales digitales, lo que dificulta la detección temprana de la enfermedad.
Una vez que decida comenzar un plan de ejercicios, consulte primero con su médico. Cada hombre es diferente y, por lo tanto, las rutinas y los objetivos deben variar según su estado de salud actual. Su médico de cabecera puede ayudarle a establecer objetivos realistas, derivarlo a un especialista en ejercicios y formar un equipo de expertos que le ayuden a mantener la salud de la próstata y la salud general.
Los expertos sugieren que, al comenzar un programa de ejercicios, se debe empezar poco a poco y comprometerse. Es mucho mejor mantener una rutina constante que agotarse con un programa de alta intensidad y abandonarlo. Encuentra una actividad que disfrutes. ¿Alguien quiere jugar al pickleball?

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