Los probióticos pueden ayudar a su cuerpo a mantener una comunidad saludable de microorganismos o ayudar a que la comunidad de microorganismos de su cuerpo vuelva a una condición saludable después de haber sido alterada.
Muchas personas toman probióticos para aliviar la diarrea, el estreñimiento o el dolor de estómago. A largo plazo, los probióticos deberían mejorar la salud intestinal en general, incluida la regularidad intestinal y la digestión, lo que reduce las molestias. Comer queso es una forma sencilla de incorporar probióticos a la dieta.
Aunque la mayoría de los tipos de queso son fermentados, eso no significa que todos contengan probióticos. Por eso es importante buscar las palabras “cultivos vivos” o “cultivos activos” en las etiquetas de los alimentos.
Los quesos semiduros como el cheddar, la mozzarella o el gouda, así como el requesón, pueden contener niveles más altos de probióticos que otros tipos de quesos añejados durante períodos de tiempo más prolongados.
El queso también es muy nutritivo y una excelente fuente de proteínas. Además, es rico en vitaminas y minerales importantes como:
• vitaminas A, B6, B12, D y K
• calcio
• yodo
• magnesio
• potasio
• fósforo
• selenio
• cinc