Interactuar con la naturaleza, incluso en el simple acto de ver árboles o visitar entornos similares a jardines, puede tener resultados terapéuticos espectaculares. Se ha demostrado que los pacientes hospitalarios posquirúrgicos que vieron árboles por las ventanas de sus hospitales se recuperan más rápidamente que pacientes similares que vieron las paredes. No solo se acortaron las estadías en el hospital, los pacientes que observaron árboles tuvieron menos complicaciones, tomaron menos analgésicos y recibieron menos comentarios negativos sobre las tablas por parte del personal que los atendió.

En un estudio, se demostró que incluso solo ver un jardín desde un balcón mejora el estado de ánimo en los participantes ancianos deprimidos y no deprimidos. Sin embargo, visitar el jardín y caminar o sentarse en él hizo aún más. Los participantes se sintieron menos deprimidos e informaron mejoras en el estado de ánimo, la calidad del sueño y la concentración, así como una mayor tranquilidad y esperanza. La investigación también muestra que el tiempo en el jardín puede aliviar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer y la demencia, incluida la agresión y la agitación, y reducir el uso de medicamentos "según sea necesario".

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