Aquí hay otra razón para esperar el otoño: el final de los veranos abrasadores beneficia a su cerebro de varias maneras. A medida que el termostato supera los 80, nuestros cuerpos intentan enfriarse extrayendo energía de nuestros cerebros, lo que afecta su funcionalidad óptima. Eso significa que la caída es más amigable para su memoria, temperamento y capacidad para resolver problemas. Este cambio estacional y casi imperceptible en nuestro cerebro explica por qué muchas personas parecen acercarse al otoño con más energía y vigor que los meses de verano.

Fuente: https://legacybox.com/blogs/analo g /your-mind-changes-with-the-seasons

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