Algunos pacientes confían en él mientras que otros se burlan, pero la verdad es que el trabajo quiropráctico es ampliamente aceptado en la comunidad médica, lo que lo convierte en una forma popular de terapia complementaria.

La práctica se enfoca en los sistemas musculoesquelético y nervioso, tratando problemas en la espalda, el cuello, las articulaciones, los brazos, las piernas y la cabeza. El procedimiento más común realizado por los quiroprácticos es la manipulación espinal, conocida como ajuste, que consiste en aplicar una fuerza controlada (generalmente las manos del quiropráctico) a las articulaciones que se han vuelto tensas o tienen movilidad limitada.

La idea es que el movimiento de las articulaciones se restringe cuando los tejidos circundantes se lesionan durante un solo evento, como torcerse un músculo durante una sesión de levantamiento de pesas o por estrés repetitivo, como sentarse con una mala postura durante períodos prolongados.

Los ajustes quiroprácticos están destinados a restaurar la movilidad y aflojar los músculos, permitiendo que los tejidos se curen y el dolor se resuelva. Los estudios generalmente afirman su eficacia, y las investigaciones sugieren que puede mejorar afecciones como el dolor de cuello o la lumbalgia.

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